quinta-feira, 12 de setembro de 2013

Um outro 11 de setembro: 40 anos do golpe militar no Chile (11/9/1973)

Desentierran las fotografías escondidas del Chile de Allende

Para no exponer a la cárcel, torturas y muerte a quienes aparecían en sus fotos y salvaguardarlas de la sangrienta represión, el periodista Fernando Velo, tras cubrir las primeras horas del golpe militar en las afueras del palacio presidencial,por la noche, el 11 de septiembre de 1973, sin decir nada a nadie, ni siquiera a su familia, escondió todos sus archivos fotográficos dentro de unos tambores de aceite, enterrándolos en unos hoyos que cavó con sus propias manos en el patio de su casa. Después de varios años, a punta de sudor y lágrimas, las rescata y las hace viajar a Estados Unidos, donde reside desde 1976.




Era una colección de alrededor de 23 mil negativos,mayoritariamente inéditos, que empieza a recuperar poco a poco, tras revelar el secreto de los tambores clandestinos a su hermano menor, pero desafortunadamente sus esfuerzos no prosperan según lo planificado. Los archivos que habían logrado sobrevivir, venciendo al paso de los años, la humedad y las lluvias no superan las barreras policiales que se suceden en los aeropuertos. En México, le requisan cerca de 20 mil negativos a una persona de su máxima confianza que se los llevaba a Los Angeles, Estados Unidos, donde llega en 1976 como  refugiado político, después de permanecer un año y medio exiliado en Perú. En vano hizo lo posible e imposible para encontrarlos. Nunca supo dónde fueron a parar.
Las fotos registraban los mil días del gobierno de la Unidad Popular, lo que sucedió en Chile entre 1970 y 1973, el pueblo movilizado a su sueño por un país sin explotadores, ni explotados; la temperatura psicológica de una utopía; un registro logradadesde el corazón mismo de la revolución puesta en marcha fruto de su trabajo como integrante del pool del equipo gráfico de la editorial Quimantú,  fotógrafo oficial de las brigadas muralistas, Ramona Parra, de la Organización Nacional del Servicio Voluntario (ONSEV) de la Secretaría Nacional de la Juventud y colaborador de la revista, “Claridad” de la Federación de Estudiantesde Chile, FECH.
Recuperando una decima parte, algunas universidades norteamericanas le han ofrecido comprar este valioso material. No obstante, él no ha querido embarcarse en ninguna propuesta porque considera que sus fotos constituyen un patrimonio que pertenece al pueblo chileno y a las nuevas generaciones para que puedan conocer la obra y vigencia del compañero presidente Salvador Allende, y  no se dejen llevar  por los discursos de los gestores e ideólogos del golpe militar, y sus propósitos de silenciar la verdad.
En la primera fila de la noticia
La mañana del 11 de septiembre de 1973, Fernando Velo, se levantó temprano, pero no fue como lo hacía de costumbre a la universidad, donde estudiaba Historia y Geografía y realizaba su tesis de grado en Periodismo, dos carrerassimultáneas ya que un año antes había dejado de cursar Derecho por falta de tiempo. Por entonces la educación era pública y gratuita.
A primera hora, escuchando la radioemisora Corporación en un equipo portátil que tenía bajo su almohada,  oyó decir que algo sucedía en La Moneda, y que Carabineros había establecido un cerco en torno a ella. Presintiendo, pues recuerda había una cierta clave que sería propalada al aire en caso de un levantamiento militar, se puso su terno y camisa blanca, que por lo general no solía vestir, prepara su credencial de periodista, sus dos cámaras; una vieja Nikon de visión directa y una Zenith rusa réflex, y se dirige al palacio presidencial.
Ese día, el tránsito estaba disminuido, pero logra subirse a una liebre,  encontrándose allí con un amigo, quién le informa el alzamiento de la Armada, la sublevación de un sector de la marinería, y que algunos barcos de la Operación Unitas, habían regresado a Valparaíso. Esta alerta no fueimpedimento para que siguiera hacia donde pensaba y creía tenía que estar.
Bajándose del vehículo, una cuadra antes de llegar, caminando, desde el paradero más cercano,Carabineros impedía el paso de los transeúntes hacia las calles aledañas al barrio cívico. A él lo dejan pasar, luego que constatan su maletín lleno de rollos fotográficos y sus dos cámaras de fotos. Eran las ocho de la mañana con apenas un par de minutos.
Al llegar a la Plaza de la Constitución, se suma de inmediato a los casi 20 periodistas, reporteros gráficos, entre ellos camarógrafos de canal 13,  Televisión Nacional, y un grupo de corresponsales extranjeros. Poco antes, el Presidente Allende, había salido a uno de los balcones a ver el ambiente exterior.Cerca de las nueve de la mañana,  fotografía la llegada de un microbús de Carabineros que se estaciona frente a la puerta del edificio de la Intendencia mientras sacan con las manos en alto a unas quince personas. A lo lejos, reconoce que era un equipo del GAP (Grupo de Amigos Personales) que había intentado llegar a La Moneda para reforzar a la guardia personal del presidente. A todos, los llevan presos.
La confusión de lo que acontecía era tan grandeque algunos periodistas decían maliciosamente que los detenían por intentar robar en las tiendas del comercio. Hasta este momento nadie dimensionaba la tragedia.
A continuación se produce una balacera, cuyos primeros disparos procedían de una ametralladora de uno de los tanques militares que abría fuego situado en la calle Morandé. Entonces, en medio del fuego cruzado, los equipos de prensa buscan resguardo, parapetándose entre los árboles y arbustos, donde permanecen hasta cerca de las diez de la mañana cuando carabineros en un intento de resguardarles su seguridad física los invita a guarecerse en el sótano de la plaza, donde funcionaba el Servicio de Investigaciones de Accidentes de Tránsito (SIAT).
Estando allí, uno de los camarógrafos filma a un tanque  que se detuvo frente a la entrada del SIAT para informar un incendio en uno de los pisos superiores del Hotel Carrera. Fue el detonante para que el oficial les impidiera seguir laborando, decomisándoles sus cámaras, grabadoras y filmadoras. Fernando dice, que a raíz de esto, le aconsejó no destruir el material gráfico porque “pasara lo que pasara, todo eso era parte de la historiade Chile”.
 También recuerda que antes de entrar a los sótanos de la plaza divisa en el perímetro a los tres tanques Sherman quedisparaban sus ametralladoras contra el palacio de Gobierno. Dice que eran unos armatostes de la Segunda Guerra Mundial que Estados Unidos había donado al ejército chileno como parte de la renovación de material bélico, y a los aviones Hawker Hunter, sobrevolando.
Más o menos, a las 10:45 horas, alrededor de cuarenta carabineros ingresan al subterráneo. Era el contingente de la guardia presidencial a cargo de la seguridad y defensa del palacio. Medía hora después, como a las 11:15, una vez que se sabía con certeza que el bombardeo aéreo se iniciaría al mediodía, un oficial les comunica a viva voz a los periodistas que pueden irse, aprovechando una tregua previa a los ataques por aire y tierra.
Al salir les devuelven los equipos, y escoltados por los uniformados armados con fusiles, SIC, los llevan  a las puertas del edificio delCongreso, donde los dejan libres, y a su propia suerte.
Ahora convencido de que había que marcharse porque ya nada más podía hacer, Fernando Velo, poco antes de despedirse de los corresponsales extranjeros, con quienes reporteó las primeras horas del golpe militar, entrega sus rollos fotográficos a un periodista de la revista mexicana “Siempre”, y a unos argentinos que trabajaban para la televisión sueca. Nunca conoció el destino de aquellas gráficas.
Pasado el mediodía, el palacio de La Moneda en llamas, con un sentimiento de total frustración por el desigual combate que tenía lugar, con su cámara en mano, camina solo, bordeando el Mapocho. Fotografía los murales que habían pintado las Brigadas Ramona Parra en los murallones del río, las paredes con rayados de la Unidad Popular; el arte gráfico que encontró al costado del lecho, y en las cercanías del Parque Forestal.
Este último registro se lo requisa un capitán delbatallón que había cercado la Plaza Italia. Indagando su bolso fotográfico encuentra que había guardado  varios cartuchos vacíos puntocincuenta que recogió como recuerdo en la calle Agustinas y Morandé, tras los disparos de los tanques militares. Tenía 24 años.
Cada momento, una historia
Fernando Velo llega al periodismo atraído por el mundo de las fotografías y las circunstancias fortuitas que le permitieron situarse propiamente en la primera fila de la noticia. En 1971, en la universidad, su profesor de fotografía, Domingo Ulloa, fotógrafo y docente que había sido asistente de Antonio Quintana, y en más de una ocasión trabajó junto a Sergio Larraín, lo expulsó de la sala de clases, argumentando que “un profesor no podía enseñar a otro profesor”. “O se va usted o me voy yo”, le dijo.
Puestas así las cosas, sin nada más que hacer, abandonó la sala  con sus ojos llenos de lágrimas, sellando la promesa de meterse de lleno al arte de la fotografía, sus técnicas de iluminación, encuadres, y procesos de revelados.



Había finalizado el primer curso con muy buenas notas y a modo de premio,  un profesor de ingles, que recuerda como el famoso “Pito” y otro de Historia, lo contactaron para que dictara clases gratuitas de fotografía en el Instituto Chileno Checoslovaco de Cultura. Pese a que sentía que aún  no contaba con las “credenciales propias” acepta el desafío porque le explicaron era un trabajo de índole político.
Constatando su tesón, Mario Planet, decano de la Facultad de Comunicación y Periodismo de la Universidad de Chile, lo envía a realizar su práctica profesional en la Editorial Quimantú,  (Sol de sabiduría, en lengua mapuche), recién nacionalizada por el presidente Allende, en el marco de sus lineamientos programáticos que consideraban a la cultura y la información como una herramienta de cambio social y concientización de sujetos sociales libres, críticos y autónomos.
Integrándose al equipo de doce reporteros gráficos que trabaja en Quimantú bajo la dirección del fotógrafo argentino, Juan Domingo Politi, Fernando  parte cubriendo noticias del quehacer deportivo y en el curso de pocas semanas lo integran a trabajar codo a codo en tareas informativas de índole política, cultural y de carácter comunitario. Al finalizar 1971, el profesor Ulloa le otorgó una nota cinco sin que él hubiese terminado el curso que  impartía.
Quimantú fue una editorial que edita en menos de dos años cerca de quince millones de libros y publicaciones especiales que vendían a muy bajo precio. Fernando conserva como tesoro su colección. Forman parte de su preciada biblioteca que sigue viva e intacta en Estados Unidos. Y es que también los escondió dentro de los tambores bajo tierra, salvándolos de la hoguera y la editorial clausurada.
Tras el golpe militar, se quedó en Chile.  Trabajaba como profesor de Historia y Geografía en el Liceo 18 de Niñas, en el Liceo Nocturno “Federico Hansen”, y en el Colegio Compañía de María. Entre octubre de 1973 y mediados de 1974, los militares lo apresaron en tres oportunidades. La primera vez fue delatado por una alumna y  después por un grupo de padres y apoderados que anónimamente lo acusaron de hacer proselitismo político y pronunciarse públicamente en contra de la Junta Militar.
Emprendiendo por la memoria histórica
Desde 1980 trabaja como editor en el diario Azteca News”, que se publica en California dirigido a la comunidad latinoamericana. Su gran sueño y proyecto personal es montar una muestra fotográfica a nivel masivo a lo largo de Chile. Mientras tanto, digitaliza sus archivos, y sumándose a los innumerables esfuerzos por recuperar la memoria colectiva, ha decidido sacarlas a la luz, y ponerlas paulatinamente a disposición de quienes quieran verlas en Youtube, en las redes sociales, e invitaciones que realiza de manera más selectiva.
Las fotografías de la Unidad Popular no mueren ni moriran. El escrutinio ya es público. Las fotografías que la noche del 11 de septiembre de 1973 fueron ocultas bajo tierra, a 40 años de la tragedia resignifican un testimonio viviente de una hazaña revolucionaria reconocida internacionalmente. En Chile, esperan con los brazos abiertos el arribo de esta colección, y con ella dos nuevos ojos observadores.
 Fotografías Fernando Velo en Los Angeles, Estados Unidos.

segunda-feira, 24 de junho de 2013

Frente anticapitalista para avançar! Frente antifascista para evitar o retrocesso! (Declaração Política do PCB)


A opção dos governos petistas pela governabilidade institucional burguesa e pelo “neodesenvolvimentismo” capitalista é a principal responsável pela explosão de indignação de setores heterogêneos da sociedade brasileira.

A opção por alianças com a direita para garantir a governabilidade fez do governo refém dessas forças conservadoras, levando a que, em dez anos, não se produzisse uma medida sequer de natureza socializante. Pelo contrário, o próprio setor petista do governo foi o protagonista das medidas de caráter antipopular e contrárias aos trabalhadores.

Os resultados disso são a retomada das privatizações em grande escala, a reforma da previdência e a imposição da previdência complementar aos funcionários públicos (FUNPRESP), a generalização das parcerias púbico-privadas, a entrega de nossas reservas de petróleo, a opção pelo agronegócio – em detrimento da reforma agrária e da agricultura familiar –, pelo sistema financeiro e grandes monopólios, a desoneração do capital e a precarização do trabalho (criando mais e piores empregos), a política de superávit primário com o sucateamento do serviço público, o endividamento crescente das famílias, a falta de perspectiva para a juventude, o descrédito na política e nos partidos políticos.

Em dez anos de governo, em nenhum momento os trabalhadores foram chamados a intervir de forma independente e autônoma para alterar a correlação de forças em favor de medidas de caráter popular e em defesa de seus direitos, atacados pela ofensiva do capital e pela contrarreforma do Estado, sob comando do petismo, que impôs a cooptação e o apassivamento da maioria dos movimentos sociais.

A pouco mais de um ano do fim do governo Dilma, e após terem perdido o contato com as ruas em troca da permanência nos gabinetes, vemos o esforço tardio e desesperado dos grupos que o apoiam, levantando às pressas as tímidas bandeiras reformistas abandonadas desde a primeira posse de Lula. Este esforço agora se dá numa conjuntura desfavorável para romper a aliança com a direita moderada e superar a política econômica de continuidade neoliberal.

A movimentação de rua, que começou por iniciativa popular, está agora em disputa, pois a direita tenta sequestrar e carnavalizar o movimento, canalizando-o para seus objetivos; essa é uma tática recorrente das classes dominantes, que sequestraram movimentos iniciados pela esquerda e os levam para o pacto de elites, como foram os casos das Diretas Já e do Fora Collor.

Valendo-se da justa indignação da população com o governo, os partidos de sua base de sustentação e demais partidos da ordem, que manipulam as demandas populares e dos trabalhadores para fins eleitorais e depois viram as costas paras estas demandas, a direita mais ideológica e reacionária, que não foi comprada pela máquina governamental petista, traveste-se de apartidária e joga as massas desorganizadas e alienadas pela mídia contra a esquerda socialista, estimulando a desordem para, em seguida, exigir a ordem.

Precisam tirar das ruas a verdadeira esquerda e suas propostas revolucionárias para, assim, se apoderar das manifestações e não ter o contraponto organizado e popular quando de suas investidas desestabilizadoras, que contam com o apoio logístico e o olhar benevolente de seus colegas fardados em horário de serviço.

No momento, a hegemonia do movimento é do campo moralista, antipartidário e “nacionaleiro” da classe média, com palavras de ordem difusas e setoriais. Soma-se a isso a compreensível explosão de setores da população tornados invisíveis pelo até então enganoso discurso ufanista do governo: indivíduos que em sua maioria saem de comunidades proletárias, cansados de apanhar da polícia. Valem-se do tumulto para se apoderar de bens de consumo que cobiçam nos anúncios na televisão, mas que não podem comprar.

As forças fascistas, reduzidas em número, mas com o apoio da grande mídia a seu discurso patrioteiro e antipartidário, aproveitam-se dessa tendência para tentar conduzir o movimento na direção de alguma forma de golpe institucional “de massas” e dentro da ordem legal, deixada intacta pelos governos petistas. Como os golpes com tanques nas ruas estão desatualizados, poderão tentar formas golpistas no parlamento e/ou no judiciário ou acumular para vencer as eleições de 2014.

É no mínimo instigante a facilidade com que participantes das manifestações, nenhum dos quais de organizações de esquerda, atacaram e ocuparam simbolicamente a Assembleia Legislativa do Rio de Janeiro e, em Brasília, o Palácio Itamaraty e a cúpula do Congresso Nacional. Esses confrontos ocorreram, na maioria dos casos, entre a polícia fardada e a polícia à paisana, incluindo grupos paramilitares e organizações fascistas.

Anuncia-se, a partir de agora, a concentração das bandeiras da direita em torno da luta contra a corrupção e pelo restabelecimento da ordem, quebrada com a desordem provocada por eles próprios. É necessário lembrar que a corrupção é inerente ao capitalismo e que, ironicamente, a bandeira “contra a corrupção” já serviu à direita para a eleição de Fernando Collor e à falsa esquerda nos antigos discursos do PT.

Os setores da massa que hostilizam os partidos de esquerda ainda não percebem a diferença destes em relação aos partidos sem rosto que as conduzem e que deveriam ser o objeto da revolta popular; os que agridem fisicamente os partidos de esquerda são paramilitares, não manifestantes.

A hostilidade contra os partidos de esquerda é reforçada, ainda, pela profunda despolitização e conservadorismo de um novo senso comum que, mesmo levantando-se contra os efeitos mais evidentes da ordem capitalista em crise, se mostra incapaz de ver as determinações mais profundas dessa crise, relacionadas ao funcionamento do próprio sistema. O senso comum conservador impede que se perceba a atualidade e necessidade de uma luta anticapitalista que aponte para uma alternativa socialista e revolucionária, fazendo com que as pessoas caiam no movimento pelo movimento e sem horizontes definidos, o que tem levado ao impasse manifestações semelhantes à dos indignados na Europa ou o Occupy nos EUA.

O “ovo da serpente” adquire visibilidade. Por trás dessa movimentação, estão também militares de direita insatisfeitos com os rumos da Comissão da Verdade, a Opus Dei preocupada com a vinda do Papa e um conservadorismo religioso que quer se aproveitar da situação para fazer retroceder as conquistas na luta contra as discriminações.

Essa direita é tão conservadora e pró-imperialista que não aceita nem terceirizar o governo a forças reformistas que agem a serviço delas, com competência e com a vantagem de serem agentes apassivadores dos trabalhadores e proletários. Poderá haver, portanto, divergências nas classes dominantes entre aqueles que, com lucidez, estão confortáveis com os governos petistas e os que querem assumir eles próprios o poder.

As forças de direita podem estar se valendo da conjuntura desfavorável criada na América Latina após a morte de Chávez, a vinculação da Colômbia à OTAN e o golpe no Paraguai, assim como da onda de protestos diferenciados que varrem o mundo, para acabar com a terceirização dos reformistas e assumir o poder diretamente, a fim de restringir mais ainda a já restrita democracia burguesa e impor a barbárie de um capitalismo sem mediações e políticas compensatórias, intensificando a exploração capitalista.

Com o agravamento da crise do capitalismo, o imperialismo pode querer se descartar da aliança tácita com os reformistas e acabar com a concorrência até agora consentida. Não é coincidência a nomeação da nova embaixadora norte-americana no Brasil, ligada ao sionismo, à USAID e ao Pentágono e que foi embaixadora na Nicarágua durante a luta contra os sandinistas, na Colômbia no auge da ofensiva de Uribe contra a insurgência e o movimento popular, e na Bolívia durante a tentativa de separatismo e de desestabilização do governo Evo Morales.

Há uma tendência do movimento a partir de agora bifurcar-se entre atos convocados pelo campo popular e pela direita, de preferência em espaços, datas e trajetos diferentes. As frentes com as forças populares e as de esquerda socialista terão que ser forjadas na luta e em articulações a partir dos espaços comuns de luta, dos municípios e dos estados, como condição para possíveis unidades nacionais.

O PCB reafirma sua linha estratégica baseada no caráter socialista da revolução brasileira e sua oposição pela esquerda ao governo petista que nem é mais reformista, mas refém da direita e a serviço do capital.  Diante dos ataques dos setores golpistas mais à direita, cerraremos fileiras ao lado dos trabalhadores contra nosso inimigo comum.

Não daremos apoio a qualquer tentativa de salvar o governo Dilma e reafirmamos que é deste a responsabilidade maior pela existência dos protestos e sua guinada à direita, uma vez que o governo em nenhum momento acena para uma real alteração de sua coalizão com a burguesia. Pelo contrário, vemos ser reforçados os apelos à “ordem” e à “tranquilidade” e anunciada a proposta de “união nacional”, com a convocação de uma reunião com governadores e prefeitos, iniciativas governistas que apenas preservam o status quo político em degenerescência.

Travestida de recuo, a outra solução apontada para fazer calar o clamor provocado pelo estopim da revolta – o preço das passagens de ônibus – só faz reeditar o mesmo princípio que move o governo: aumentar subsídios para as empresas, desviando o fundo público para o lucro privado. Tais medidas são vergonhosamente anunciadas em aparições de TV que unem PT e PSDB para que, no monopartidarismo bicéfalo até então dominante no Brasil, ninguém apareça “mal na foto”, pensando nas futuras eleições.

Nossa eventual unidade numa frente antifascista conjuntural se dará com identidade própria, responsabilizando o governo pelos riscos de fascismo, colocando nossas críticas e propostas táticas e estratégicas. Quem tem que ser protegido não é o governo, mas os trabalhadores, diante do risco de retrocesso criado pelo impasse político de uma coalizão de forças que os desarmou contra seus reais inimigos, ao se aliar a eles na ilusão de um desenvolvimento capitalista que deveria fazer o impossível: atender às demandas de todos (burguesia e trabalhadores).

Apesar da atual hegemonia conservadora sobre o movimento, está longe de ser resolvida essa disputa. Mas o fascismo só será derrotado e a orientação do movimento só pode vir a ter uma vocação socialista se vierem para o palco de luta os trabalhadores e o proletariado em geral, de forma organizada, através de sindicatos e movimentos populares combativos e avessos à ordem vigente.

A única forma de abortar o germe fascista é fortalecer uma real alternativa à esquerda e socialista para o Brasil que abandone as ilusões de um desenvolvimento pactuado com a burguesia monopolista e o fetiche de uma ordem democrática abstrata que interessa a ambas as classes em disputa, reafirmando a necessidade de um governo popular.

Para qualquer cenário, de avanço ou retrocesso, a frente de esquerda socialista e anticapitalista deve construir um programa comum, formalizar uma articulação unitária, privilegiando seus esforços de unidade nas ações no movimento de massas, para deixar de ser apenas mera coligação eleitoral. Quando falamos de frente de esquerda socialista e anticapitalista não temos como critério exclusivo o registro eleitoral, mas incluímos as organizações políticas revolucionárias não institucionalizadas e movimentos sociais contra-hegemônicos.

O eixo central para estabelecermos um diálogo com o movimento de massas que expressa caoticamente seu descontentamento não pode ser uma abstrata defesa da “ordem e tranquilidade” e uma continuidade do mesmo com “mais diálogo”, mas a incisiva afirmação de que as demandas por educação, saúde, moradia, transporte, contra os gastos da Copa, as remoções, a violência policial, a privatização desenfreada, o endividamento das famílias, a precarização das condições de trabalho e a perda de direitos dos trabalhadores não são explicadas pela afirmação moralista contra a “corrupção”, mas efeitos esperados da opção pelo desenvolvimento capitalista e o mito de que o crescimento desta ordem poderia levar ao mesmo tempo aos lucros dos monopólios e à satisfação das demandas populares.

É hora de afirmar que a vida não pode ser garantida pelo mercado: saúde, educação, moradia, transporte e outros serviços essenciais não podem ser mercadorias, são direitos e devem ser garantidos pelo fundo público que está sendo utilizado prioritariamente para subsidiar e apoiar os grandes monopólios capitalistas e os grandes bancos.

Esta mudança exige superar os limites desta democracia burguesa que agora se desmascara, não com uma mera reforma política para manter os mesmos que sempre mandaram no poder, mas pelo estabelecimento de um verdadeiro governo popular que se fundamente em formas de democracia direta e dê voz de fato à maioria da sociedade e, principalmente, aos trabalhadores.

O PCB, que não se intimida com ameaças da direita, não sairá das ruas, ao lado das forças de esquerda anticapitalistas e populares e levantará bem alto suas bandeiras:

- O fascismo não passará!
- Não à criminalização dos movimentos populares!
- Desmilitarização da polícia!
- Pela estatização dos transportes públicos, da saúde e da educação, sob controle dos trabalhadores!
- O petróleo é nosso!
- Por uma frente da esquerda anticapitalista!
- Por um governo Popular!

Rio de Janeiro, 23 de junho de 2013
PCB – Partido Comunista Brasileiro
Comitê Central

segunda-feira, 17 de junho de 2013

NÃO BASTA SE INDIGNAR: É PRECISO MUDAR O SISTEMA!


O PCB (Partido Comunista Brasileiro) saúda e se engaja de forma militante no vigoroso movimento surgido a partir de uma manifestação em São Paulo contra o aumento das tarifas de ônibus urbanos.
A estúpida violência policial aos manifestantes repete-se no Rio de Janeiro, Porto Alegre, Brasília, Belo Horizonte e em cada vez mais cidades brasileiras, independente do partido político do Governador ou do Prefeito. Na defesa da institucionalidade burguesa, não há repressão mais ou menos “democrática”.
Reparem que esta violência é exatamente a mesma em todos os países capitalistas onde os povos se levantam contra os cortes de direito e a fascistização do estado, necessária para garanti-los. Os mesmos uniformes de gladiadores, as mesmas armas cinicamente chamadas de “não letais”: balas de borracha, gás de pimenta e lacrimogêneo.
No Brasil, a crescente fascistização do estado tem a ver com a opção do governo por evitar a crise do capitalismo com mais capitalismo. É preciso muita repressão para aprofundar a privatização do nosso petróleo, dos portos, aeroportos, rodovias, para expulsar os índios de suas terras, “flexibilizar” direitos, adotar um Código Florestal para o agronegócio, desonerar e favorecer o capital.
Em nosso país, a explosão popular demorou a aparecer, em função das ilusões semeadas em 10 anos de um governo que se diz de “esquerda”, mas cuja principal preocupação é alavancar o capitalismo brasileiro.
Aqui, a fascistização do estado se acentuou para que o país acolha “em paz” o novo Papa e os megaeventos (Copas das Confederações e do Mundo, Olimpíadas).
É evidente que o aumento das tarifas foi apenas uma faísca para um movimento que tende a crescer e que tem raízes numa insatisfação sistêmica. Teve o mesmo efeito catalizador das árvores da Praça Taksim, na Turquia. Mas na raiz da indignação, estão o desmonte da saúde e da educação, as privatizações, a brutalidade policial, a corrupção, a injusta distribuição da renda, a inflação, a precarização do trabalho, a falta de perspectivas para a maioria dos jovens e sobretudo o sentimento de traição do governo e a farsa da democracia burguesa.
Não foi gratuita a vaia à Presidente na abertura da Copa das Confederações e o aparecimento de uma nova e vigorosa bandeira para as manifestações. Tratando-se o futebol de um esporte popular no Brasil, fica mais evidente a vocação capitalista desse governo, que promoveu, através de um Ministro dos Esportes que se diz “comunista”, a privatização dos estádios e da própria seleção brasileira (patrocinada por um banco e uma fábrica de bebidas) e a elitização do acesso aos estádios, tornando o futebol uma mercadoria de luxo.
Mas é importante chamar a atenção para as raízes dos problemas que nos levam a indignar e não apenas para as causas. Quanto mais capitalismo, mais injustiça, mais exclusão. O centro da luta tem que ser contra o sistema capitalista e por uma sociedade socialista.
PARTIDO COMUNISTA BRASILEIRO

domingo, 27 de janeiro de 2013

DECLARAÇÃO CONJUNTA DAS FARC-EP E O PCB


Iván Marquez (Chefe da Comissão Internacional das FARC) e Ivan Pinheiro (Secretário Geral do PCB)


Reunidos em Havana, capital mundial da paz e da solidariedade internacional, representantes das FARC-EP (Forças Armadas Revolucionárias da Colômbia – Exército do Povo) e do PCB (Partido Comunista Brasileiro) passaram em revista a conjuntura mundial, sobretudo a da América Latina, e da Colômbia em particular, dedicando-se com afinco a estudar possibilidades e alternativas que contribuam para uma expressiva mobilização das forças políticas e sociais antiimperialistas do nosso continente e de outros países, com vistas à criação de um amplo, unitário e pujante movimento pela paz democrática com justiça social na Colômbia e pelo cumprimento do que venha a ser eventualmente estabelecido nos diálogos por uma solução política do conflito colombiano.
Coincidem as organizações políticas que firmam a presente declaração com a necessidade de conscientizar as forças progressistas de Nuestra America de que a solução política do conflito colombiano é  do interesse de todos os povos irmãos da região, inclusive para a continuidade e desenvolvimento dos heterogêneos processos de mudanças que fazem de nosso continente objeto de esperanças dos povos e, por isso mesmo, de projetos golpistas e intervencionistas do imperialismo.
A paz frente ao imperialismo na América Latina, requisito para o avanço dos processos de mudanças, no caminho ao socialismo, depende da paz democrática em Colômbia.
E depende, ao mesmo tempo, de uma firme unidade internacionalista de solidariedade militante:
- à Revolução Cubana - inspiração de todas nossas rebeldias e exemplo de que é possível vencer nossos inimigos – nossa saudação a Fidel e Raul, ao partido e ao povo cubano, confiantes nos ajustes para avançar no socialismo, no fim do bloqueio desumano e na libertação dos Cinco Heróis de todos os povos;
- à Revolução Bolivariana da Venezuela - que passa por um momento de consolidação e de possibilidade de trânsito ao socialismo – nossos votos de restabelecimento do Presidente Hugo Chávez, nossa confiança nos partidos que compõem o Pólo Patriótico e no protagonismo do proletariado venezuelano;
- aos demais processos diferenciados de mudanças na América Latina, onde se destacam os desenvolvimentos na Bolívia, no Equador e na Nicarágua;
- à reivindicação argentina em relação às Ilhas Malvinas e à defesa de sua lei sobre os meios de comunicação, exemplo de contraponto à manipulação da mídia burguesa;
- à luta dos povos paraguaio e hondurenho contra os golpistas que violaram a vontade popular, a serviço das oligarquias locais e do imperialismo;
- à luta de todos os demais povos de Nuestra America, das suas organizações antagônicas à ordem que se dedicam a empurrar seus governos para o caminho das mudanças progressistas ou para derrotá-los e substituí-los.
Como internacionalistas, não podemos deixar de olhar o mundo em seu conjunto, analisando o agravamento da crise sistêmica do capitalismo, que pode conferir vigência dramática à disjuntiva socialismo ou barbárie.
Assim, denunciamos a aliança entre os países imperialistas centrais, coadjuvados pelo sionismo que, pela força das armas, recolonizam o mundo, tendo no momento como prioridade a dominação do Oriente Médio e da África, por suas posições estratégicas e imensas riquezas naturais.
Desta forma, registramos nossa solidariedade militante à luta pela Palestina Livre, repudiamos a intervenção estrangeira na Síria, que tem como objetivo fortalecer o projeto expansionista de Israel e de colocar o Irã às portas de uma guerra imperialista. E repudiamos a atual intervenção no Mali, parte do projeto que começou com a ocupação da Líbia, com vistas ao domínio de todo o território africano.
Saudamos o renascer das lutas dos trabalhadores europeus e de outros continentes em face da ofensiva do capital para que paguem pela crise.
Diante do crescente aumento da repressão e criminalização das lutas populares, da retirada de direitos e das guerras de rapina, nada mais vigente que a consigna de Marx e Engels, no Manifesto Comunista:
Proletários de todo o mundo, uni-vos!
Havana (Cuba), 16 de janeiro de 2013
Assinam:
Iván Marquez – Chefe da Comissão Internacional das FARC
Ivan Pinheiro – Secretário Geral do PCB